ODA MARITIMA
FERNANDO PESSOA
mercredi 10 mars 2010
par Administrateur- tiphaine
Seul, sur le quai désert, de cette matinée d’été, je regarde vers l’entrée du port, je regarde vers l’Indéfini, je regarde et me réjouit de voir, noir et clair, petit, un paquebot qui rentre. Viens de loin, net, classique à sa manière. Distant, dans l’air la bordure vaine de sa fumée le suit.(...)

ODA MARÍTIMA DE ÁLVARO DE CAMPOS

SOLO, EN EL MUELLE desierto, en esta mañana de verano, miro hacia la entrada del puerto, miro hacia lo Indefinido, miro y me alegra ver, negro y claro, pequeño, un paquebote entrando. Viene lejos, nítido, clásico a su manera. Distante, en el aire lo sigue la vana orla de su humo. Viene entrando y la mañana entra con él y en el río, aquí, allá, despierta la vida marítima, se izan velas, avanzan remolcadores, surgen barcos pequeños detrás de las naves que están en el puerto. Hay una tenue brisa. Y mi alma se une con lo que apenas distingo, con el paquebote que entra, porque él está con la distancia, con la mañana, con el sentido marítimo de esta hora, con la dolorosa dulzura que me sube como náusea, como un principio de furia en el espíritu. Miro a lo lejos el paquebote, independiente del alma, y dentro de mí un volante comienza a girar, lentamente.

Los paquebotes que entran de mañana en el puerto traen ante mis ojos el misterio alegre y triste de quien llega y parte. Traen una memoria de muelles y momentos distantes, puentes que conducen hacia otra humanidad. Todo el atracar, todo el desprendimiento de la nave es -lo siento en mí como sangre- inconscientemente simbólico, terrible amenaza de revelaciones metafísicas que perturban en mí al que yo fui.

Ah, todo el muelle es una soledad de piedra. Y cuando la nave se aleja y de pronto reparo en que se abrió un espacio entre el muelle y la nave, no sé por qué sufro una súbita angustia, una niebla de tristes sentimientos que brilla en el suelo de mis penas de hierba como la primer ventana donde el alba golpea, y que me envuelve como si recordara a una persona que misteriosamente fuese mía.

Ah, ¿quién sabe, quién sabe si antes de mí, en otro tiempo, no partí de muelle ? ¿Si no dejé otra clase de puerto en una nave hacia el sol oblicuo del amanecer ? ¿Quién sabe si no dejé, anterior al tiempo del mundo exterior que veo raerse en mí, un gran muelle con poca gente de una gran ciudad despierta a medias, enorme ciudad comercial, crecida y apopléjica aunque eso quede fuera del Espacio y el Tiempo ?

Sí, un muelle de algún modo material, visible como muelle, veraz, realmente muelle, el Muelle Absoluto por cuyo modelo inconscientemente imitado, insensiblemente evocado,(...) construimos nuestros muelles en nuestros puertos, nuestros muelles de piedra actual sobre agua verdadera, que después de construidos se revelan Cosas Reales, Hechos de Espíritu, Entidades en Piedras que son Almas, en la fugacidad de nuestros sentimientos de hierba o raíz, cuando del muro exterior parece abrirse una puerta y sin que nada se altere todo se manifiesta diverso.

Ah, Gran Muelle donde partimos en Naciones-Navíos. Gran Muelle Anterior, eterno y divino. ¿De qué puerto ? ¡En qué mar ? Oh, ¿por qué pienso esto ? Gran Muelle, igual a todos los muelles pero Único. Lleno también de murmurantes silencios en las albas, desabotonando con las mañanas un ruido de guindastes y comboyes que arriban con mercaderías, bajo la nube negra que surge, ocasional y leve, del fondo de las chimeneas de las fábricas cercanas y sombrea el llano de carbones pequeños que brillan como si fuese la sombra de una nube que pasa sobre agua sombría.(...) Fragmento/ Traducción y nota introductoria de Carlos Montemayor